Dulces resultados con ALMA
Comunicados de Prensa

Dulces resultados con ALMA

29 Agosto, 2012 / Tiempo de lectura: 9 minutes

Un equipo de astrónomos que utilizó el Observatorio Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) detectó moléculas de azúcar en el gas que rodea a una joven estrella similar a nuestro Sol. Es la primera vez que se encuentra azúcar cerca de una estrella de este tipo, hallazgo que demuestra que los componentes básicos de la vida se encuentran en el lugar y el momento correctos para incorporarse a los planetas que se forman cerca de la estrella.

Los astrónomos encontraron moléculas de glicolaldehído -una forma simple de azúcar [1]- en el gas que rodea una joven estrella binaria de masa similar a la de nuestro Sol, llamada IRAS 16293-2422. Aunque ya se había encontrado antes glicolaldehído en el espacio interestelar [2], esta es la primera vez que se detecta tan cerca de una estrella similar al Sol, a una distancia comparable a la que hay entre Urano y el Sol. Este hallazgo muestra que algunos de los elementos químicos necesarios para la vida ya existían en el Sistema Solar cuando se formaron los planetas [3].

“En el disco de gas y polvo que rodea esta estrella recién formada encontramos glicolaldehído, una forma simple del azúcar, no tan diferente del azúcar que ponemos en nuestro café”, explica Jes Jørgensen (Instituto Niels Bohr de Dinamarca), autor principal del artículo donde se presentó el hallazgo. “Esta molécula es uno de los ingredientes necesarios para la formación del ARN que, al igual que el ADN con el cual está emparentado, es uno de los componentes básicos de la vida”.

La alta sensibilidad de ALMA -incluso a las muy cortas longitudes de onda en las que opera y que representan todo un reto desde el punto de vista técnico- fue crucial para estas observaciones llevadas a cabo con una configuración parcial de antenas durante la etapa de verificación científica del observatorio [4].

“Lo que realmente nos entusiasma es que las observaciones realizadas con ALMA revelan que las moléculas de azúcar caen hacia una de las estrellas del sistema”indica Cécile Favre (Universidad Aarhus de Dinamarca), quien forma parte del equipo de astrónomos. “Las moléculas de azúcar no solo se encuentran en el lugar correcto para incorporarse a un planeta, sino que también van en la dirección correcta”. 

Las nubes de gas y polvo que colisionan para formar nuevas estrellas son extremadamente frías [5] y muchos gases se solidifican bajo la forma de hielo en las partículas de polvo, donde luego se fusionan y forman moléculas más complejas. Pero una vez que se forma una estrella en medio de una nube de gas y polvo en rotación, las partes internas de dicha nube se calientan hasta alcanzar una temperatura similar a nuestra temperatura ambiente, haciendo que se evaporen las moléculas de composición química compleja. De esa manera se forman gases que emiten una radiación característica, detectables por los radiotelescopios de vanguardia como ALMA.

IRAS 16293-2422 se encuentra a unos 400 años-luz de distancia, es decir, relativamente cerca de la Tierra, lo que lo convierte en un objeto ideal para los astrónomos que estudian las moléculas y la composición química de las estrellas jóvenes. Gracias a la capacidad de la nueva generación de telescopios como ALMA, los astrónomos pueden ahora estudiar en detalle las nubes de gas y polvo donde se forman los sistemas planetarios.

“Una pregunta importante es: ¿qué tan complejas pueden volverse estas moléculas antes de incorporarse a nuevos planetas? Esto podría darnos indicios sobre cómo surge la vida en otras partes, y las observaciones hechas con ALMA serán cruciales para develar este misterio”, concluye Jes Jørgensen.

El hallazgo se describe en un artículo que se publicará en la revista Astrophysical Journal Letters.

El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una instalación astronómica internacional, es una asociación entre Europa, Norteamérica y Asia del Este en cooperación con la República de Chile. ALMA es financiado en Europa por la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO), en Norteamérica por la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU. (NSF, en su sigla en inglés) en cooperación con el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (NRC, en su sigla en inglés) y el Consejo Nacional de Ciencia de Taiwán (NSC, en su sigla en inglés) y en Asia del Este por los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales (NINS, en su sigla en inglés) de Japón en cooperación con la Academia Sinica (AS) en Taiwán. La construcción y las operaciones de ALMA son conducidas a nombre de Europa por ESO, a nombre de Norteamérica por el Observatorio Radio Astronómico Nacional (NRAO), que es operado por Associated Universities, Inc. (AUI) y a nombre de Asia del Este por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ). El Joint ALMA Observatory (JAO) concentra la dirección del proyecto y es responsable por las tareas de gestión de la construcción, puesta en marcha y operación de ALMA.

Notas

[1] Azúcar es el nombre dado comúnmente a una serie de pequeños carbohidratos (moléculas que contienen carbono, hidrógeno y oxígeno, por lo general con una relación atómica de hidrógeno a oxígeno de 2:1, al igual que el agua). La fórmula química del glicolaldehído es C2H4O2. El azúcar que usamos normalmente en los alimentos y bebidas es la sacarosa, una molécula más grande que el glicolaldehído que forma parte del mismo grupo de carbohidratos.

[2] Hasta ahora se ha detectado glicolaldehído en dos lugares en el espacio: primero, en la nube del Centro Galáctico Sgr B2, usando el telescopio de 12 metros de la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) de Estados Unidos en Kitt Peak el año 2000 y con el telescopio Robert C. Byrd Green Bank de NSF, también en Estados Unidos, en 2004, y luego en el núcleo molecular masivo caliente G31.41+0.31 usando el interferómetro Plateau de Bure de IRAM (Francia) en 2008.

[3] Para que el equipo identificara la molécula en el espacio fue crucial llevar a cabo mediciones muy precisas en laboratorio de las características longitudes de ondas de radio emitidas por el glicolaldehído. Se sabe que IRAS 16293-2422 contiene, además del glicolaldehído, otras moléculas orgánicas complejas como el glicol de etileno, el formiato metílico y el etanol.

[4] Las observaciones científicas iniciales con una configuración parcial de antenas comenzaron en 2011. Tanto antes como después de esto, se llevó a cabo una serie de observaciones en el marco de la etapa de verificación científica para demostrar que ALMA es capaz de producir datos con el nivel de calidad necesario, y los datos obtenidos han sido puestos a libre disposición. Los resultados descritos en el presente artículo se basan en algunos de estos datos de verificación científica. La construcción de ALMA concluirá en 2013, cuando las 66 antenas de alta definición que componen el conjunto quedarán totalmente operativas.

[5] Por lo general la temperatura bordea los 10 grados bajo el cero absoluto, es decir, cerca de -263 grados Celsius.


Información adicional

El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una instalación astronómica internacional, es una asociación entre el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencia de EE. UU. (NSF) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS) en cooperación con la República de Chile. ALMA es financiado por ESO en representación de sus estados miembros, por NSF en cooperación con el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (NRC) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Taiwán (MOST), y por NINS en cooperación con la Academia Sinica (AS) de Taiwán y el Instituto de Ciencias Astronómicas y Espaciales de Corea del Sur (KASI).

La construcción y las operaciones de ALMA son conducidas por ESO en nombre de sus estados miembros; por el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO), gestionado por Associated Universities, Inc. (AUI), en representación de Norteamérica; y por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) en nombre de Asia del Este. El Joint ALMA Observatory (JAO) tiene a su cargo la dirección general y la gestión de la construcción, así como la puesta en marcha y las operaciones de ALMA.

  • Los resultados de esta investigación se presentaron en un artículo titulado Detection of the simplest sugar, glycolaldehyde, in a solar-type protostar with ALMA (“Detección con ALMA del azúcar más simple, el glicolaldehído, en una protoestrella de tipo solar”), por Jørgensen et al., que se publicará en la revista Astrophysical Journal Letters.
  • El equipo está compuesto por Jes K. Jørgensen (Universidad de Copenhague, Dinamarca), Cécile Favre (Universidad de Arhus, Dinamarca), Suzanne E. Bisschop (Universidad de Copenhague), Tyler L. Bourke (Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, Cambridge, Estados Unidos), Ewine F. van Dishoeck (Observatorio Leiden, Holanda; Instituto Max-Planck de Física Extraterrestre, Garching, Alemania) y Markus Schmalzl (Observatorio Leiden).

Enlaces

Contactos:

Jes K. Jørgensen 
Instituto Niels Bohr , Universidad de Copenhagen,
Copenhagen, Dinamarca
Tel: +45 4250 9970
Email: [email protected]

Ewine van Dishoeck
Observatorio Leiden
Leiden, Holanda
Tel: +31 71 5275814
Email: [email protected]

William Garnier

Education and Public Outreach Officer
JAO, Santiago, Chile
Tel: +56 2 2467 6119
Email: [email protected]

Douglas Pierce-Price, 
Public Information Officer
ESO
Garching, Alemania
Tel: +49 89 3200 6759
Email: [email protected]

John Stoke
Assistant Director - Education & Public Outreach
National Radio Astronomy Observatory
Charlottesville VA, EE.UU.
Tel: +1 434 244 6896
Email: [email protected]

Masaaki Hiramatsu
Education and Public Outreach Officer, NAOJ Chile Observatory
Tokio, Japón
Tel: +81 422 34 3630
E-mail: [email protected]